Reduzcamos el riesgo de anegamientos con acciones simples y colaboremos en la conservación del entorno urbano.

Con la llegada del otoño, la acumulación de hojas secas en veredas, patios y espacios públicos se vuelve un hecho cotidiano. Para facilitar su correcta recolección y evitar inconvenientes, es importante seguir algunas recomendaciones simples que contribuyen a una mejor convivencia y al cuidado del ambiente.
Los restos de hojas deben ser depositados en bolsas o cajas bien cerradas. De este modo, se facilita su manipulación y se evita que el viento las disperse nuevamente. Una vez embalados, se sugiere dejarlos en el suelo, junto al cesto de residuos domiciliarios, sin obstruir el paso peatonal ni la calzada.

Una disposición inadecuada de estos desechos puede ocasionar obstrucciones en los desagües pluviales y sumideros, lo que incrementa el riesgo de anegamientos durante las lluvias. Por eso, cada pequeño gesto cuenta a la hora de mantener limpia y funcional la infraestructura urbana.
Entre todos podemos construir una ciudad más ordenada, limpia y segura. Adoptar estos hábitos es una forma sencilla de colaborar con el bienestar común.
